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Un roadster no es simplemente un coche. El Boxster no es simplemente un roadster. Es un coche deportivo que te acerca a la carretera, a la vida real, y te conecta con tu propio espíritu libre. El chasis preciso y ligero garantiza una conducción impresionantemente dinámica, prácticamente sin balanceo ni cabeceo de la carrocería. O, en resumen, una conducción más segura y cómoda.

La potencia se transmite a la carretera mediante llantas Boxster de 18 pulgadas. Su característico diseño de cinco radios permite una visión sin obstáculos del sistema de frenado con pinzas fijas monobloque de aluminio de cuatro pistones negras. Y puede controlar la presión de los cuatro neumáticos gracias al control de la presión de los neumáticos (TPM). Las grandes entradas de aire ilustran el carácter. El sonido producido por el tubo de escape central de acero inoxidable cepillado es inconfundiblemente Porsche.

En el interior se utilizan materiales elegantes y de alta calidad. El aro del volante, la palanca de cambios/selector y las incrustaciones de los tiradores de las puertas están acabados en cuero. El tono refinado se ve realzado por detalles plateados, como los que se encuentran en la moldura del salpicadero, los bordes de las salidas de aire laterales y centrales y la consola central.

Deportivo, musculoso y atlético, el coche ha heredado genes del automovilismo. Son característicos de la familia Porsche y vitales para el atractivo irresistible del coche deportivo. Son rasgos que hacen del Boxster la estrella deportiva entre los roadsters. El rendimiento dinámico, tanto si la capota está abierta como cerrada, se ha convertido en sinónimo de placer de conducción.